Javier, tu amiga Carmen te envia esto:
Se fue con la Reina de las Nieves
La nieve caía mansamente sobre su cara,
Manso compás de copos estrellados
Cubriendo el parque de un blanco silencio.
Apenas unos leves pasos sobre el blando suelo.
Un copo se estrelló en su nariz y trajo aromas de otros tiempos
Olor marino, olor de azahar…
Cerró los ojos con fuerza.
Allí estaba él, de pequeño,
Sentado junto a su hermano en el asiento de atrás del coche
Sus padres les advertían que en la siguiente curva verían el mar
Y ellos saltaban sin poder contener la emoción
Oh!!!
Apareció aquel azul infinito
Y sus ojos se perdieron en él.
Trató de seguir caminando
Pero sus pies se hundían en el blanco lecho.
Un nuevo copo rozó su lengua
Y se derritió en la dulzura de los primeros besos.
Su primer amor, el olor de dos cuerpos jóvenes jugando en la hierba…
Quedó sentado apoyado en un árbol, la mochila caída
Se aferró con fuerza al tronco arañándose el rostro
La tibia madera le devolvió a sus recuerdos
Una tibia tarde de primavera tardía rodeado de amigos
La dulce belleza del día que se alarga
Presintiendo la cercanía del verano
El aroma persistente y melífero del árbol del Paraíso
Era la boda de su hermano.
Una sonrisa iluminó su rostro
Su cuerpo tibio no sintió el gélido abrazo de la Reina de las Nieves
Y ahora descansa junto a la primavera
En el profundo sueño del invierno.
Después vino la lluvia que estremeció nuestras almas
Pero él ya se había ido dejando un tenue rastro
Y tendremos que seguir viviendo
Con el intenso dolor de su ausencia.
Carmen
León, 21 de Enero de 2009.
lunes, 26 de enero de 2009
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Carmen, precioso. Sin más palabras.
ResponderEliminarUn beso,
Natacha.
Muy bonito, veo que lo escribió Carmen, de León un saludo para ella de una paisana
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