domingo, 17 de enero de 2010

Ha pasado un año…


Parece imposible cuando lo piensas. Hoy, a las 13 horas, ha echo un año que descansa bajo aquella lápida que lleva el nombre de nuestros abuelos.

En estos instantes y en otros, parece increíble que no puedas volver a verle nunca más. Alguien a quien recuerdas desde que era un bebé, y con quien has pasado cuarenta y siente años de tu vida. Pero cuarenta y siete años, unidos por un vínculo tan fuerte como el que te une a un hermano, al que consideras tu mejor amigo. Es, como si se hubieran marchado dos personas en vez de una.

Como para coadyuvar mas aún en el pesar de la fecha, el dia ha amanecido gris, plomizo, húmedo… Con esa humedad que dejan en el ambiente las nubes cuando bajan a la superficie, a ras de suelo.

Poco tiempo antes, mis mejores amigos se habían marchado para vivir lejos. A casi cuatro horas en coche de mi casa. Hace poco, el mejor amigo de mi hermano y buen amigo mío, se ha marchado aún más lejos. A casi diez mil kilómetros.

Pero aún siendo perdidas muy importantes, no es lo mismo. Puedes pensar en mil y una posibilidades para no desesperar. Tal vez un dia se arrepientan y regresen, tal vez, un dia yo pueda marchar cerca de ellos, tal vez en vacaciones, tal vez en un puente…

Pero donde está el, no se regresa. Donde el se encuentra no puedo ir. No hay camino, no hay avión, ni siquiera en una nave espacial.

Tal vez, en el mejor de los casos, dentro de algún tiempo le pueda encontrar.

¿Como es que con tantas personas que llenan nuestra vida, al faltar una, ya no encontramos acomodo en la tierra?

¿Tal vez, algo de nosotros ya se ha ido? Hace un tiempo, desapareció un programa de la radio. Era un programa dedicado a la música, uno que llevaba en antena muchos años.

Recuerdo que aquel dia me dolió que algo que me había acompañado tantos años, desapareciera. Tampoco lo escuchaba todos los días, pero el dia que sintonizaba esa frecuencia y a la hora habitual, allí estaba. No se si me explico.

Con las personas pasa algo parecido. Las que de verdad te importan, aunque no las veas cada dia, si sabes que están allí, estas tranquilo. En cualquier instante, puedes coger el teléfono, ponerte los zapatos, coger un tren… y pasado un tiempo, ves su cara de sorpresa y alegría. Un apretón de manos, un beso, un abrazo, siempre te estarán esperando.

Hoy, abro mis brazos, pero al cerrarlos, no siento los suyos.

Querido hermano, cuanto te echo en falta, siempre te necesitaré.

4 comentarios:

  1. Querido primo, sé que ese sentimiento de vacío, de tristeza... llegará un momento que quedará lleno de recuerdos hermosos, que no permitirán que la añoranza empañe tus ojos.
    El duelo lleva su tiempo... con el dolor y la pena.
    Creo que Javi está cerca siempre de ti y de las personas que tanto le quisieron.
    Cuando un día puedas sentirle cerca, tan cerca que parezca que su olor te invade, ese día... su recuerdo paliará tu desesperanza.
    Mientras tanto, los que quedamos aún por aquí queremos consolar a esa bella persona que habita dentro de ti.
    Un beso cargado de bellos recuerdos.
    Tu prima que te quiere,
    Natacha.

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  2. Por cierto... ¡Qué hermosa foto! Cuando puedas, me la mandas. Es preciosa.
    Besitos de colores.
    Natacha

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  3. Parece mentira lo pronto que pasa el tiempo ,cuidaros mucho,siempre os tengo en mi corazon
    la potografia preciosa,jinete y caballo espectaculares
    un abrazo

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  4. Hola Luis, pasa rápido el tiempo, por eso hay que valorar cada momento con los que nos rodean.
    Te mando un abrazo desde la distancia.
    Gaby

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