sábado, 25 de diciembre de 2010
Un cuento de Navidad (verdadero).
Hoy, 25 de diciembre de 2010, y a pesar del título no voy a hablar de la navidad.
En primer lugar, porque desde que “El corte Inglés” que es el primero que me avisa de la llegada de estas fechas, y hasta mi vecino de puerta de al lado, ya todo el mundo se ha encargado de decir todo lo que la mente humana puede pensar y expresar sobre estas fechas señaladas.
Hoy día de Navidad, voy a hablar de mis primos.
¿Por qué?, bueno, pues porque ayer pude contemplar un detalle de esos que te llegan más adentro de los ojos, de esos que además de quedarse en tu retina para siempre, siguen penetrando ¡hasta el tuétano de tus huesos¡
Sé que me arriesgo a que no se me entienda, porque hay imágenes que para uno pueden significarlo todo y al mismo tiempo, pasar completamente desapercibida para el resto de la humanidad, pero a si somos los seres humanos. Por suerte, no somos solo intelecto, también sentimos, aunque cada uno a su manera.
Tengo la inmensa suerte de tener primos (que no todo el mundo los tiene…), y aunque parezca tópico, no son primos cuales quiera.
Y no lo son, por que en su vida tampoco son personas de esas que pasan desapercibidas.
Los que conocéis a Natacha (mi prima pequeña), que ha sido mi mentora en el ciberespacio, sabéis bien del tipo de persona que hablo. No quiero calificarla ni nombrar sus virtudes. No, porque los que ya la conocéis no lo necesitáis o pensaríais tal vez que me quedo corto, y para los que no la conocen aún, por mucho que yo os cuente y os diga… No serviría, hay que conocerla.
Pues bien, Natacha no es la única que es un ser humano especial dentro de mis primos, es más, todos lo son, cada uno con su estilo y personalidad.
Nunca me he puesto a hacer esta reflexión, pero si tuviera que decir que tienen todos en común, sería difícil. Desde luego, me tienen a mí en común, y supongo que eso de por sí ya es algo. Pero por citar solo un par de cosas, citaría estas: inteligencia y bondad.
Para mí, las personas que no son cariñosas y bondadosas, simplemente no existen. Pero ellos, además de ser hijos de mi tío o de mis tías, son mis primos, mis primos – hermanos, y con eso ya está todo dicho.
Solamente mis dos tías (las más jóvenes de tres hermanas que tuvo mi padre) y mi tío, el hermano de mí madre, me han dado primos. Pero no necesito más.
Vamos ya al hecho de ayer, que me ha empujado a tomar hoy lápiz y papel.
Gracias al cumpleaños de mi padre, ayer nos reunimos en torno a un aperitivo con cuatro de mis primos, todos por parte de mi padre.
Estaban los hijos de mi tía “la pequeña”, y la primera tía que perdí. Mi tía me dio tres maravillosos primos, dos son chicas (una nacida solo 12 horas después que yo) y el otro un chico, el mayor de ellos.
Los tres hermanos se ven con mucha frecuencia, casi a diario. Es importante conocer este dato, para apreciar la importancia que yo doy al hecho que aún me conmueve.
Llegada la hora de finalizar con el aperitivo y de marcharnos cada uno a nuestra casa a comer, una de mis dos primas de las que estoy hablando, se despedía de su hermano, poco mayor que ella.
Yo estaba frente a ellos, y vi como se abrazaban y besaban al despedirse. Me siento incapaz de describir la alegría y felicidad en sus caras, como se miraban, como se sonreían, como se abrazaron. Me pareció el más fraternal de los abrazos.
Ellos (y yo) somos muy afectuosos, somos de “tocar” a nuestros seres queridos, pero no obstante, había algo en aquella despedida, algo grande y especial, un CARIÑO, que no se puede describir ni escribir si no es en mayúsculas.
Pensé, que si yo fuera un observador desconocido y solo supiera que son hermanos, el dictamen seria claro: No se van a ver en mucho tiempo, no pasaran juntos estas fechas que algunos nos empeñamos en hacer más entrañables. Ella seguramente se marcha a ultramar, por tiempo indefinido…
Pues no, nada de eso, se verán hoy, y mañana y viven a 15 o 20 min andando unos de otros. Lo que pasa es que SON HERMANOS, hermanos con mayúsculas, si. Y además, SE QUIEREN.
Me pregunto, si yo no hubiera perdido recientemente a mi hermano ¿habría reparado igual en este hecho, en ese instante de afecto? Y… si, la respuesta es positiva.
Además, mi hermano también estaría allí con certeza, y estoy totalmente seguro que también habría reparado e ese hecho, me habría mirado y como tantas veces, solamente con la mirada y sin necesidad de hablar me lo habría dicho todo, me habría dicho: ¿has visto?, y yo con la mirada le habría contestado: ¡SI!
Siempre escuché a mi padre el termino primos-hermanos, y aunque siempre he sabido y experimentado el sentido que mi padre quería dar a ese término, puede que hasta la muerte de mi hermano no haya descubierto del todo, lo que el termino compuesto abriga en su interior.
Queridos amigos, disfrutar de las personas que os quieren y que amáis, vivir con ellos como si fuera el último día. Abrazarles, como si os fuerais a ir a América para un par de años… y no solo en días como este, si no siempre.
Dedicado a mis primos, que hoy más que nunca siento como hermanos, dedicado a la mujer del mayor de mis primos, mi querida y añorada prima Pilar, que nos ha dejado este mismo año, y dedicado a mi hermano, el mejor hermano y el primer primo que se marchó.
Faltan pues ya dos primos, pero entre todos los demás, haremos que sigan con nosotros, siempre.
miércoles, 11 de agosto de 2010
Regalo de cumpleaños…
Querido hermano, hoy 10 de agosto habría sido tu 49 cumpleaños.
Mamá nunca se olvida del calor que hacia aquel 10 de agosto de 1961 en que viniste al mundo. Esta mañana, mientras te compraba unas flores, me preguntaba que podría regalarte ahora, algo que aún puedas disfrutar allí, donde quiera que estés.
Tú siempre dabas en la diana en mi cumpleaños, y yo siempre pensaba en algo especial. No me gustaba recurrir a música o libros, quería evitar las cosas fáciles. Si hacía poco que había viajado, intentaba traerte algo original, y mucho mejor si era un instrumento, incluso aunque no fuera de percusión.
Ahora… lo tengo más difícil. Pero al final he recordado que en tus últimos días, estuviste viendo viejos videos musicales. Digo “viejos”, porque son de artistas que conociste a la edad de 20 años, o quizás antes.
Si, vi en el navegador de internet que mirabas algunas cosas que centraban tu atención en esos días. También Santi me confirmó que la madrugada del 1 de enero último, cuando pasabas esa noche con él, no parabas de enseñarle esos videos musicales.
Yo mismo he visto, que Stevie Wonder era uno de los artistas más recurrentes en la caché de tu ordenador en esos días.
Así, que ya ves. La elección no ha sido tan difícil. Podría ponerte exactamente el último que viste de él, pero eso ya sería demasiado ¿verdad?
Además, como es un regalo mío, elijo yo ¿vale?
Espero que te guste, y espero que estés donde estés, puedas escucharlo.
Hoy, no puedo estar con nuestros padres, están en aquel piso de la playa, que tan bien conoces, ya que también era tuyo.
Querido hermano, si un día de tu cumpleaños no te regalo nada, no te enfades. Solo querrá decir que ese año no he tenido fuerzas para buscar algo para ti, o que tal vez, tampoco yo estaré aquí ya. Pero ten por seguro que mientras me quede aliento, no dejaré de pensar en ti, ni de sentirme solo. En el día de tu cumpleaños, y en todos los del resto de mi vida.
Tu fratelli, que te quiere por siempre.
sábado, 15 de mayo de 2010
Mozart ¿el mejor?
Estaba pensando en Antonio Salieri, ese grandísimo compositor que tuvo la desdicha de ser coetáneo de Mozart. Pero hoy querido hermano, déjame que te hable de W. Amadeus Mozart.
A veces es bueno que alguien nos demuestre que no somos una rara avis en el mundo, que no estamos solos y que hay alguien que nos comprende y que comparte algo, mucho o todo con uno. Yo, por suerte lo tengo, y tú lo tienes, lo has tenido y lo tendrás siempre. Tu propio hermano.
A lo que parece, Wolfang A. Mozart no estuvo a la altura como persona, como ser humano, de lo que fue como músico, como compositor y como gran creador de su época y de todos los tiempos. Wolfgang tuvo un padre recto, exigente y equilibrado. Un ser humano de gran nivel, pero que como músico, no fue nada comparado con su hijo.
Wolfang, como bien sabes, fue un niño prodigio. Esto le ocasiono (como a tantos niños sobresalientes) no tener niñez, y ser distinto a todos sus congéneres. Lo que debió reportarle una gran soledad en los años de su infancia y su niñez.
Su padre, Leopold Mozart, le arrastro por todas las cortes europeas, casi como si se tratase de una atracción de feria. Indudablemente, el padre buscaba lo mejor para su hijo, y quizás también para el mismo y para la familia. Pero no midió el coste de tal proceder, el coste que para un niño de esa edad representa semejante vida, y semejantes expectativas.
No contento con ello, Leopold, el padre de Wolfang, le censuraba como persona, una vez que Wolfgang se hizo aldulto. Su padre no se contentó con que su hijo fuera el mejor compositor de todos los tiempos, también quería que en lo humano y personal, fuera igual de grande, o al menos que Wolfang estuviera a la altura de lo que su padre esperaba de él en el resto de ámbitos de su vida.
¿Por qué no aceptamos a las personas como son? Más, cuando hablamos de alguien tan admirable, tanto que en su época no había nadie capaz de juzgar su obra. No, hemos de ser crueles, alguien tan sobresaliente tambien ha de ser perfecto en todo el orden de su vida. He llamado a Wolfang Amadeus Mozart “compositor”, pero eso es algo que se queda muy pequeño para lo que él era. Mozart era, fue, es y será “La Música”, con mayúsculas, mucho más que un grandísimo compositor.
Yo me pregunto, que hubiera sido de Wolfang, si su padre no hubiera sido tan exigente, si se hubiera conformado con el regalo, el maravilloso regalo de tener un hijo que “poseía” a la música, en vez de que esta le poseyera a él.
Parece que a su vez, el padre quería poseer al hijo. ¿No te parece hermano?
Todos, los seres más sencillos y los más grandes genios, tenemos inteligencia y sentimientos. Ahora bien, cada uno tiene un porcentaje concreto de una u otra cosa.
¿Con que componía Wolfang? Con su inteligencia o con su corazón. O, tal vez con una parte de ambos.
Yo creo que Wolfang, en la música era más cabeza que corazón, pero en su vida personal, era todo lo contrario. ¿Sabes Javi? Tenemos un amigo que es algo así, ¿no crees? sabes de quien te hablo, ¿verdad?
Yo, admiro muchísimo a Wolfang A. Mozart, pero siento que me identifico mas con otros músicos, tal vez menos cerebrales y mas pasionales.
Ya sabes que me apasionan los grandes compositores rusos del periodo romántico. Mijaíl Glinka, Músorgski, Rimski-Kórsakov, Borodin y especialmente Tchaikovsky Bueno, tal vez sea porque no soy músico y no tengo una formación y conocimiento que me obliguen a rendirme ante la gran superioridad técnica de Mozart.
Me gustan y amo la música de todos. Mozart, Bach, Beethoven, Brahms, Smetana, Liszt, Chopin, etc. Pero mi corazón se deja llevar por los más románticos, y de entre estos, especialmente los rusos. Por eso hermano, deja que llame tu atención hoy sobre un concierto para violín de Tchaikovsky. Quiero que escuches este fragmento, es el primer movimiento (allegro moderato) del concierto para violín opus 35.
Esta versión que aquí te dejo es mi favorita. El solista es Itzhak Perlman, para mí de lo mejorcito interpretando este concierto, ya sé que no se ve muy bien la imagen, pero tu concéntrate solo en su violín.
Si te gusta, mira la película Le concert de 2009. Está dirigida por Radu Mihaileanu y es una oda a este concierto de Tchaikovsky, y a los auténticos músicos, los que lleváis esa pasión en la sangre.
Sé que ese violín tocará tu corazón, como toca el mío siempre que lo escucho. Motzar murió demasiado joven, como tú. Ambos dejasteis mucho por crear y por hacer en la vida, y los que os conocieron a vosotros y a vuestros hechos, siempre lamentaremos esta perdida. Siempre, hasta el final de nuestros días.
Pero una cosa es cierta. Yo te entendía y te entiendo bien, y por lo tanto, nunca estuviste y nunca estarás solo.
Tu hermano.
domingo, 17 de enero de 2010
Ha pasado un año…
Parece imposible cuando lo piensas. Hoy, a las 13 horas, ha echo un año que descansa bajo aquella lápida que lleva el nombre de nuestros abuelos.
En estos instantes y en otros, parece increíble que no puedas volver a verle nunca más. Alguien a quien recuerdas desde que era un bebé, y con quien has pasado cuarenta y siente años de tu vida. Pero cuarenta y siete años, unidos por un vínculo tan fuerte como el que te une a un hermano, al que consideras tu mejor amigo. Es, como si se hubieran marchado dos personas en vez de una.
Como para coadyuvar mas aún en el pesar de la fecha, el dia ha amanecido gris, plomizo, húmedo… Con esa humedad que dejan en el ambiente las nubes cuando bajan a la superficie, a ras de suelo.
Poco tiempo antes, mis mejores amigos se habían marchado para vivir lejos. A casi cuatro horas en coche de mi casa. Hace poco, el mejor amigo de mi hermano y buen amigo mío, se ha marchado aún más lejos. A casi diez mil kilómetros.
Pero aún siendo perdidas muy importantes, no es lo mismo. Puedes pensar en mil y una posibilidades para no desesperar. Tal vez un dia se arrepientan y regresen, tal vez, un dia yo pueda marchar cerca de ellos, tal vez en vacaciones, tal vez en un puente…
Pero donde está el, no se regresa. Donde el se encuentra no puedo ir. No hay camino, no hay avión, ni siquiera en una nave espacial.
Tal vez, en el mejor de los casos, dentro de algún tiempo le pueda encontrar.
¿Como es que con tantas personas que llenan nuestra vida, al faltar una, ya no encontramos acomodo en la tierra?
¿Tal vez, algo de nosotros ya se ha ido? Hace un tiempo, desapareció un programa de la radio. Era un programa dedicado a la música, uno que llevaba en antena muchos años.
Recuerdo que aquel dia me dolió que algo que me había acompañado tantos años, desapareciera. Tampoco lo escuchaba todos los días, pero el dia que sintonizaba esa frecuencia y a la hora habitual, allí estaba. No se si me explico.
Con las personas pasa algo parecido. Las que de verdad te importan, aunque no las veas cada dia, si sabes que están allí, estas tranquilo. En cualquier instante, puedes coger el teléfono, ponerte los zapatos, coger un tren… y pasado un tiempo, ves su cara de sorpresa y alegría. Un apretón de manos, un beso, un abrazo, siempre te estarán esperando.
Hoy, abro mis brazos, pero al cerrarlos, no siento los suyos.
Querido hermano, cuanto te echo en falta, siempre te necesitaré.
viernes, 1 de enero de 2010
De mujeres, de hombres y de lágrimas.
Pienso que muchas mujeres saben, que a muchos hombres les afecta verlas llorar.
La mujer es un ser especial dentro de la raza humana. Ellas están dotadas de una gran sensibilidad, grande y seguramente distinta a la de los hombres, causa de que se escuche el tópico “a ti no hay quien te entienda”
Posiblemente ninguno o muy pocos entre los hombres, sea capaz de tener la sensibilidad que ellas en su mayoría poseen, como para acercarse lo suficiente a su alma y comprender muchas cosas.
Naturalmente hay excepciones como en todo, Lorca, De Moraes, Bendetti. Son claros ejemplos de ello.
Pero, ellas son maestras en el arte de manejar las emociones. No solo comprenden y sienten mucho más que nosotros, también son capaces de conseguir que parezca una cosa, cuando es otra totalmente distinta.
Puede que cuando un hombre, excepcionalmente logra acercarse mucho a ellas, entender su alma, ver dentro de ellas o simplemente, ser capaz de usar con ellas ese lenguaje suyo, ellas se sientan amenazadas, o al menos muy desconcertadas, ya que eso es muy poco frecuente.
Hay que ser sutiles con ellas en esos momentos, pues no están acostumbradas a que un hombre vea dentro de su alma y le hable en su propio lenguaje, y menos, sea capaz de describir lo que ve. Pueden quedar tan desconcertadas, que incluso te digan “¿es que soy tan transparente?”
Pueden sentirse acorraladas, si intuyen que podrías provocar en ellas una emoción fuerte, y saben que serás capaz de “ver” perfectamente esa emoción, tal como ella va a sentirlo.
Pero eso no es fácil ni frecuente (por suerte para ellas y nosotros), incluso ¿cuantos hijos pueden decir como es realmente y como siente en su alma su propia madre?
Todos hemos estado dentro de su cuerpo, ellas nos han dado la sangre, el aliento, pero una cosa es conseguir estar dentro de un cuerpo y otra muy distinta dentro de un alma, sobre todo si esa alma es femenina.
Cuando las lagrimas asoman y se derraman, es que ellas ya han perdido el control o que necesitan vaciarse, vaciar su alma de esa emoción que las desborda o solo las llena.
En esos casos, los hombres a los que me refiero al comienzo, no sabemos qué hacer. Nuestra dificultad para entender lo que pasa, lo que sienten, nos deja indefensos frente a ellas.
Si estamos unidos a ellas por un vínculo de cariño, aún es peor.
He comenzado el año con las lágrimas de mi madre. Pronto hará un año que perdió a su hijo pequeño y aunque ella nunca lo superará, estas fechas son extremadamente difíciles de soportar.
Todo se ha cumplido. Es mi madre, soy su primogénito, pero aún así el desconcierto y el bloqueo que se siente, apenas te deja reaccionar. Después, cuando ha pasado, piensas en lo inútil que eres, ni siquiera puedes entenderla como realmente quisieras. Te quedas en esa situación de impotencia, por tal vez, la mujer que mas has amado en tu vida, o al menos, la que más te ha amado a ti.
Para los hombres que hayáis pasado por un trance parecido, quiero deciros algo que os ayude.
No os atormentéis por no poder entrar en su alma, tal vez eso sería peor para ellas. Tal vez no podamos evitar ese sufrimiento, pues nace de una emoción femenina, cosa que nosotros nunca llegaremos a entender del todo. Pero pensad que aún así les podemos ser útiles.
Mi madre, no tiene más a su hijo pequeño, pero mientras yo viva siempre tendrá a alguien sobre quién podrá verter sus lagrimas. Siempre que lo necesite, podrá elegir no llorar sola, yo compartiré esas lagrimas, aunque no pueda sentir exactamente lo que siente ella, pues él era su hijo, pero no el mío. Para mi “solo” era mi único hermano.
Dedicado a todas las mujeres que quieren ser queridas y acompañadas por un hombre, dedicado a todas las madres que no les quede ningún hijo, y a todos los hijos que tengan la suerte de tener una madre o estar bendecidos por el amor de una mujer.
Y para todos los hombres, que como yo, no sepan que hacer.